Hoy está toda el agua revuelta, mezclada, lo sólido y lo líquido girando sin parar, chocandose cada partícula una con otra y generando un color indefinido.
Todo eso decantará en algún momento y se depositará calmo en algún lugar del fondo una vez más, dejando el agua transparente y clara.
Los cambios son así. No hay vida sin cambios.
Entre tanta tristeza y soledad,
me siento feliz de estar viva
y capaz de tanto.
Y agradecida por el apoyo que recibo de tanta gente, que si bien no resuelve el tremendo vacío que tengo adentro, me hace sentir totalmente querida y me reconforta.
No hay mal que por bien no venga y lo que no mata fortalece, dicen, y en mi caso es absolutamente cierto.