viernes, 17 de julio de 2009

Qué difícil para un carnero

Y siguiendo con mi descripción de personalidad, qué dificil es para mi, mostrar debilidad. Aunque lloro con frecuencia, mucho más estos días, la verdad es que me molesta que se me note.
No creo que tenga que ver con el orgullo, es otra cosa. Es más bien que no me gusta que se me vea la decepción. En la decepción está la clave, no en el orgullo.
Lo que pasa es que voy por la vida con tantos ideales, tanta confianza eterna, tanta sensación de poder ilimitado asociado a estar viva, que cualquier golpe de realidad suele generarme esta decepción, que con seguridad no me gusta demostrar, ya sea por los ideales perdidos o por la impotencia.
Lo que si... me dura unos cuantos minutos. En cuestión de segundos puedo volver a estar en perfecto estado, creyendo inocentemente en todo otra vez, como si nada hubiera pasado. Solo hay que esperar un poco y demostrar comprensión.