Hoy es un día triste. Uno de los más tristes de mis últimos años. No me gusta dejar rastro de las malas noticias, de los sentimientos tristes, de las malas ondas... Como alguien que se ocupa siempre de dar calor al mundo alrededor y mantener todo en armonía, me cuesta admitir que no es lo que siento ahora, y que me va a llevar un tiempo recuperarme.
Sin embargo me parece parte del cambio. Pienso que es bueno empezar a admitir que me pasan cosas que me cuesta manejar, y cosas que me cuesta sostener, y que me entristecen realmente.
Aunque mañana a la mañana
seguramente
abrace a mis hijos con la alegría de siempre...
Es parte de mi esencia más esencial.
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